lunes, 6 de octubre de 2008

Los muros de agua


José Revueltas

Escritor, guionista y activista político mexicano, (1914 - 1976). Nació el 20 de noviembre de 1914 en la población de Canatlán en el Estado de Durango. Estuvo en prisión muchas veces por su activismo político, desde siendo casi un niño (a los 14-15 años) y aún era menor de edad cuando lo enviaron por primera vez a la cárcel de máxima seguridad en ese entonces: las Islas Marías. Participó en el Movimiento Ferrocarrilero en 1958, donde también lo apresaron. En 1968 fue acusado de ser el "autor intelectual" del movimiento estudiantil de México, que culminó con la Matanza de Tlatelolco, por lo cual lo apresaron y enviaron a la cárcel de Lecumberri (El Palacio Negro), lugar desde el cual escribió una de sus más refinadas novelas: El Apando.


Una vez concluida su condena y con problemas de salud se dedicó a dictar conferencias, impartir clases de cine en Estados Unidos, ofrecer entrevistas, y lo más importante de todo, a seguir escribiendo. La recopilación de cuentos "Material de los sueños" ofrece un caleidoscopio de lo más variados temas, que abordan profundamente, la condición humana desde la particular perspectiva de este autor, quien obtuvo el Premio Nacional de Literatura en los años sesenta.


Fue un hombre integral con muchas facetas, comprometido con las necesidades del proletariado, del pueblo, se dedicó en todos los frentes en los que participó a la tarea de socializar y politizar a la sociedad, tarea ésta, revolucionaria. Se valió de la literatura, el guión cinematográfico, la academia, la participación partidaria y la calle para promover su proyecto. La cárcel es un espacio muy importante en la vida y en la obra de José Revueltas. Fue su refugio casi natural donde se sentía bajo el techo común de una familia diversa y heterogénea de hombres explotados, de criminales y ladrones. Según sus propias palabras, la cárcel le había servido como una beca que el Estado le concedía para escribir y estudiar de manera sistemática y a profundidad. Perteneció al Partido Comunista Mexicano, pero fue expulsado unos quince años después por sus críticas a las prácticas burocráticas del organismo y por uno de los mejores análisis de la izquierda en México: Ensayo de un proletariado sin cabeza. Fundó la Liga Espartaquista y el Partido Popular Socialísta (PPS), de donde también fue expulsado por cuestionar y criticar los errores de la izquierda. Falleció el 14 de abril de 1976.

Los muros de agua (1941) escrita en el penal de Las Islas Marías.

“Los muros de agua recogen algunas de mis impresiones durante dos forzadas estancias que hube de pasar en las Islas Marías, la primera en 1932 y la segunda en 1934. La clandestinidad a que el Partido Comunista estaba condenado por aquellos años nos colocaba, a los militantes comunistas, en diario riesgo de caer presos y de ser deportados al penal del pacifico; yo no era de los mas señalados por esta persecución: las cárceles no dejaron nunca de tener comunistas dentro de sus muros en aquel entonces.” José Revueltas.

Los muros de agua fue un pequeño documental que describe la prisión como una ciudad habitada personas sin importancia más que por ladrones y criminales. Fue la primera novela de Revueltas a sus 25 años de edad, introduciendo a la historia de la calidad y vida de los presos. En esta novela el mundo es miserable y pobre, de caminos indefinidos, y la voz del humano es sólo un susurro y no la completa expresión de la idea.


Esta novela relata el encarcelamiento de cuatro personas, desde su contacto con las autoridades, siguiendo el traslado con rumbo al archipiélago de Las Marías, comienza con la narración de cómo se van sintiendo los personajes principales tanto en lo físico como en lo mental y dando énfasis en el temor y la rebeldía de los protagonistas. El segundo plano se desarrolla en el penal de las Islas Marías donde el grupo de personas denominados “políticos”, son llevados por manifestaciones y revueltas en contra del Estado, el grupo consistía de cinco personas –Ernesto, Prudencio, Santos y Rosario- quienes son víctimas del maltrato que se emplea en el penal, a lo largo de la trama se relacionan con otros reos quienes son de clase baja y que están acusados de crímenes como el asalto o el asesinato, entre quienes son identificados como “Gallegos”, “El Chato”, “el Chale”, “el Marquesito”, entre otros, quienes respetan y ayudan a la estancia de “los políticos”, cada uno de los integrantes del grupo antes mencionado se encuentra en un sentir diferente, cada uno recuerda y medita sobre su vida, cada uno le da un sentido distinto a su estancia en la isla, en esos momentos hacen conciencia sobre lo que realmente son y que es lo que quieren, la novela se desarrolla en un tiempo-espacio diferido, no tiene una secuencia cronológica lo que hace que el lector interprete cada escena y la relacione con la trama de la novela, creando una nueva realidad.

Los “políticos” son separados; primeramente Rosario quien es puesta en otra estancia con dos mujeres, es golpeada y puesta a disposición de los altos mandos para labores de limpieza y cuidado en las Isla María, está subordinada por rangos que la seducen y la obligan a realizar trabajos sucios y pesados.


Los otros cuatro hombres son llevados a Arroyo Hondo el lugar apartado de los demás reos donde son golpeados y puestos a laborar en el campo, por las circunstancias y los momentos de tensión los políticos tienen diferencias entre sí, dando como resultado la soledad en cada uno de ellos, quedando como cuerpos sin alma, sin esperanza, solamente luchando por su supervivencia.

Se observan distintos fenómenos sociales que son vistos como repugnantes y deben ser castigados, la homosexualidad, la subordinación, enajenación, rebeldía y el suicidio, estos fenómenos ocasionan en los protagonistas una desorientación y un sentido de enajenación, desconectándose de la realidad, llevando con ello una pérdida de la razón en los “políticos”. La enfermedad es un punto que toca el autor mediante un capítulo donde un sector de la isla está infectado de escorbuto, donde refleja la personalidad de los presos, una sensación de inhumanidad, de desprecio, de una enfermedad interna difícil de combatir como la estancia en los muros de agua.


El desenlace es incierto Rosario sigue regresando a un momento de su vida donde le provoca armonía y paz, Prudencio había optado por suicidarse sin conseguirlo, mientras que Ernesto y Santos se sienten confundidos por el amor y los recuerdos de su vida, que en la situación en la que se encontraban inmersos era lo único en que pensaban para establecer un equilibrio, y así es el desenlace de la novela donde su principal tópico es la vida y experiencia que se vive en prisión, con un final incierto como los sentimientos de los políticos y de los reos así se manifiesta el desenlace de la historia en las aguas del Pacifico.

Eduardo Urbina, FES-Aragón-UNAM

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