jueves, 9 de octubre de 2008

Los días y los años


SEMBLANZA DEL AUTOR: Luis González de Alba nació en San Luis Potosí, pero radicó la mayor parte de su vida en Guadalajara, se trasladó a la Ciudad de México a estudiar Psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México, fue uno de los dirigentes del movimiento estudiantil de 1968, detenido en Tlatelolco en la matanza del 2 de octubre y llevado a la cárcel de Lecumberri en la que escribió esta novela en el año de 1970 donde narra los sucesos que provocaron este hecho que se sigue recordando hasta nuestros días. En el año de 1997 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo por su labor de divulgación de la ciencia y actualmente es colaborador del periódico Milenio.


RESEÑA: En aquella época los estudiantes no estaban de acuerdo con el sistema político que había en México, existía una total represión y esto se dejó notar el 26 de Julio de 1968 cuando detuvieron a unos estudiantes en una marcha, lo que ocasionó varios disturbios en los que participaron estudiantes del IPN (Instituto Politécnico Nacional) y de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) en contra de la policía, a los estudiantes se les consideraba vagos ya que en lo diarios se protegía al gobierno y al cuerpo policiaco al decir que los estudiantes agredían a la policía y que ellos solo se defendían, algo que lógicamente era un total mentira.


Se creó el CNH (Consejo Nacional de Huelga) órgano integrado por representantes de cada facultad en huelga, la petición era clara: la libertad a los presos del 26, disolución de granaderos y la destitución de Frías, Cueto y Mendiola, como responsables directos de los abusos cometidos por los granaderos, en 1967 se inició de manera sistemática la aprehensión de dirigentes estudiantiles, los enfrentamientos eran cada vez mayores ya que la policía quería tomar las preparatorias pero los estudiantes se resistían.

La Huelga quedó permanente en el D.F y se extendió por toda la República, no solo estudiantes también obreros, padres de familia, etc., posteriormente parecía que las cosas se tranquilizaban ya que a pesar de los enfrentamientos de julio a octubre: camiones rotos, tranvías volteados, etc., ningún parte policiaco mencionó destrozos, robos o cualquier tipo de desmanes al cabo de una manifestación.


El 22 de agosto el Presidente por medio de un comunicado dijo que estaba dispuesto a dialogar con los estudiantes de la UNAM y el IPN para que todo esto terminara y el país volviera a la normalidad, poco a poco parecía que el gobierno estaba cediendo ya que se seguían haciendo manifestaciones y el gobierno no reprimía a los estudiantes, además cada vez mas gente se unía a esta causa. Llego el 13 de Septiembre y se hizo una marcha silenciosa, la marcha fue todo un éxito y parecía que se lograría lo impensado: la caída del gobierno.


El pliego petitorio seguía en pie se pedían: la salida de los presos políticos, la destitución de los jefes de policía y la desaparición de cuerpo de granaderos, llegó un día clave ya que cambiaron las cosas por completo cuando el Presidente dijo que no quería verse en la necesidad de tomar medidas que no deseaba, que tomaría si fuera necesario, hasta donde estemos obligados a llegar, llegaremos, el gobierno quería reprimir todo acto estudiantil pero como era de esperarse los estudiantes no se rindieron sino al contrario se levantaron con mas fuerza.


El gobierno dijo que tendría una conversación con representantes estudiantiles pero de manera privada, los estudiantes rechazaron la idea dijeron que si habría una conversación sería abierta para que todo mundo se enterara de lo que se habría de exponer. Entonces llegó la total represión cuando las autoridades tomaron la Universidad y algunas escuelas participantes en el movimiento, esto provocó innumerables enfrentamientos, todo se volvió un caos, entraban a edificios cercanos a las escuelas y se llevaban a los estudiantes, en esos momentos la guerra ya estaba declarada.


Hasta que llego el día cumbre cuando el 2 de octubre en Tlatelolco en la Plaza de las tres culturas se hizo un mítin más, donde se provocó a los estudiantes, suceso sangriento porque la policía usó armas en contra de la muchedumbre, esa noche fue impresionante, ya que murieron miles de estudiantes de forma brutal, lo que dejó claro que el gobierno seguía en pie y estaba más fuerte que nunca. Sin duda este hecho marcó a nuestro país y sigue vigente hasta nuestros días.


BIBLIOGRAFIA:
Los días y los años, Luis González de Alba, editorial Planeta, Impreso y hecho en México

Christian Oliva, FES-Aragón-UNAM

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