sábado, 25 de octubre de 2008

De San Garabato al Callejón del Cuajo


La Realidad en Caricatura
Museo del Estanquillo

La caricatura siempre ha representado un método bastante útil para reflejar (de manera satírica; en ocasiones seria) los aspectos más determinantes de una persona, lugar o suceso trascendental en el mundo tal y como lo conocemos, manifestando así un rechazo o cierto tipo de gratitud hacia ello.

La exposición en el Museo del Estanquillo (ubicado en la colonia Centro de la Ciudad de México, en la esquina de Isabel la Católica y Av. Madero) De San Garabato al Callejón Del Cuajo, da una muestra de las creaciones realizadas por dos de los caricaturistas más reconocidos en México, y con más trayectoria artística en cuanto a cómics e historietas se refiere: Gabriel Vargas con la ya célebre Familia Burrón y Eduardo del Río” Rius”, con Los Supermachos.

Así, podemos hallar en el segundo piso del museo vastas creaciones de los dos autores , destacando las obras más conocidas como es el caso de la Familia Burrón, que se ha mantenido a flote en el gusto de varias generaciones, quienes reconocen el valor, por una parte artístico, y por la otra político y de confrontación, que las caricaturas representan.

Asimismo, encontramos el singular estilo de ambos autores para manifestar una crítica, a veces sana, en ocasiones pendenciera, hacia las formas tradicionales que emergen de la estructura que compone este país, tanto sociales como políticas y económicas. La Familia Burrón es, desde su creación, una sátira inteligente del actuar del mexicano en sociedad y en familia, así como una crítica sutil para con el PRI, en tiempos donde el absolutismo partidista era el molde político nacional, y la represión estaba a la orden del día.

Los personajes y los sitios en los que se desenvuelven no pueden ser más obvios al representar la situación en general de millones de mexicanos quienes, pese a los sesenta años que lleva la historieta en circulación, siguen estando en situaciones similares en su vida cotidiana. El semblante de personajes como Borola Tacuche, su esposo y sus hijos (incluido el adoptado hijo del borracho del callejón) muestran a la típica familia mexicana con aspiraciones y deseos, pero también con incesantes contrariedades para conseguir éstos.

En la misma exposición se presenta el inigualable Eduardo del Río “RIUS”, y sus críticas hacia diversas problemáticas en el país así como la intervención extranjera en los intereses nacionales. Además cabe destacar que Rius es un caricaturista con más realismo, y el más directo a la hora de plasmar en imágenes la ignorancia, el desdén, el abuso y corrupción en los que están sumergidos los diversos aparatos de control social en el país y sus absolutos dueños, la élite política.

También Rius es célebre por sus obras filosóficas y religiosas en las cuales refleja los significados más simples de ciertos movimientos políticos internacionales, o como el control social y psicológico que la Iglesia Católica impone a sus seguidores y a los fieles creyentes de algo ya bastante distorsionado en la actualidad como lo es el mensaje de Cristo.

Entonces la importancia de este tipo de exposiciones radica en retomar el interés de las personas por el dibujo y el lenguaje (ya que en gran medida, la familia Burrón representaba más por sus diálogos que por sus dibujos) para así impulsar la continuidad de caricaturistas de excelente calidad, no sólo los dos reunidos en el Museo del Estanquillo, sino de otros como José Hernández, El Fisgón, y por supuesto RIUS, tres partícipes de otra gran obra maestra de contrariedad política y relevancia social como lo es El Chamuco, obra merecedora sin duda de una galería aparte...

Marco Antonio Bastida, FES-Aragón-UNAM

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