martes, 7 de octubre de 2008

Cómo conquisté a los aztecas


Hernán Cortés fue un escritor de estilo fácil y vivaz, hasta el punto que sus cartas y descripciones le hacen acreedor a figurar en un primer término entre los cronistas de la epopeya americana. Las cartas reunidas en este volumen conforman una relación de la conquista de México, realizada por Hernán Cortés y sus hombres. Tomadas de un códice de la Biblioteca Imperial de Viena, estas larguísimas cartas, enviadas por el autor a sus reyes, recogen una de las más trascendentales epopeyas de la historia de la humanidad.

Cómo conquisté a los aztecas es una novela histórica que se realiza rescatando cartas y documentos escritos por Hernán Cortés dirigidas al rey Carlos I de España durante el proceso de la conquista en la antigua Gran Tenochtitlán, así como memorias y diarios escritos en los últimos días de vida del mismo Cortés.

La obra literaria cuenta con la colaboración de Armando Ayala Anguiano para dar a los escritos un toque más novelístico para así lograr darle un sentido a la historia, y trasladar ciertos términos del lenguaje utilizados en aquellos tiempos a términos que se puedan comprender con mayor facilidad en nuestros días.

La narración de Cortés da inicio en los días que se estaba colonizando Cuba, en donde el fue convertido en capitán de una exploración que se haría en tierras nombradas posteriormente “Nueva España” con el objetivo de llevar la “verdadera fe” cristiana a los naturales del lugar y para honrar a su rey español con la extensión de su territorio.

A lo largo de su aventura, Hernán Cortés se encuentra con traiciones, nuevas alianzas, guerras, derrotas aunque en su mayoría victorias contra quienes intentaron rebelarse a la invasión y se negaron a ser vasallos de un nuevo señor rey y Dios, lo que les costó casi la extinción.

A pesar de ser minoría los españoles respecto de los naturales de las tierras mexicanas, lograron manipular a la mayoría de los sometidos por los aztecas, que eran en ese entonces los conquistadores y opresores de todo el territorio, y así conseguir su objetivo, que era el saqueo de los tesoros.
Arturo Romo, FES-Aragón-UNAM

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